lunes, 4 de agosto de 2014

Primera exposición individual de Sara Coleman

Sonia Montero (Sargadelos), Sara Coleman y José Bravo (FOTO: Galería Sargadelos Ferrol)


A lo largo del mes de agosto y en la Galería Sargadelos, Sara Coleman con la colaboración de José Bravo, nos ofrece un singular proyecto que lleva por título Filogenesis; y si lo que esperábamos ver era una exhibición de la última colección de la diseñadora, íbamos descaminados, pues en realidad a lo que nos enfrentamos es a una nueva forma de, digamos, vestir el espacio, al tiempo que la autora elabora una investigación en torno a la utilización y evolución de aquellos materiales que tradicionalmente tienen un uso determinado y formal. Cuatro clases de elementos conviven en el espacio de la sala, haciendo de este mismo espacio un elemento más a través precisamente, de un sexto elemento: la luz; y es por medio del juego de luces, del claro-oscuro y de las sombras que proyecta, cuando el conjunto se transforma en un todo lleno de matices.

Sorprende la levedad, la falta de peso físico del conjunto, pero sorprende más al comprobar que el espacio aparece lleno. Así, nada más entrar nos encontramos con grandes volúmenes hechos de hilos ligeramente tejidos de colores amarillos, verdes, negros, colores que, por otra parte, se repiten en todo el trabajo, colgados del techo. Al caminar entre ellos nos acompaña cierta sensación submarina, no puedo evitar comparar estas formas, visualmente, con organismos suspendidos entre aguas marinas, quietos, frágiles, en un estado de quietud que nos hace temer por su integridad. A la derecha y del mismo material, bajan del techo hasta casi el suelo tres tubos cuadrados, hechos como los anteriores en tricotosa y con los hilos colgando; en esta ocasión, la sensación es algo distinta, es más una mezcla entre arquitectura y organismo vivo, recordando a los corales. En tercer lugar y en la pared y de nuevo con hilos, tenemos una composición que consigue provocar en nosotros una extraña sensación de tridimensionalidad utilizando las dos dimensiones, cruzando para ello el tejido y los colores, logrando hacer aparecer luces, sombras y volúmenes. En todas estas piezas, el crecimiento, la evolución, la transformación, son conceptos presentes y necesarios que le dan forma al diálogo que Sara Coleman mantiene con aquellos materiales con los que trabaja. Los conceptos Filogénesis y Ontogénesis que la autora aplica al proyecto, certifican con su significado lo que las piezas dicen con su presencia; entendemos mejor que las piezas son fruto de una evolución a la vez lineal en el tiempo como perfeccionada en sus propias necesidades. Entendemos su complicación, y entendemos también su sencillez. Y no nos podemos olvidar del cuarto tipo de elemento del que hablábamos: el dibujo, en esta ocasión con tinta y acuarela, representando el modo de crecimiento de las piezas, de un modo muy orgánico, expandiendo el color, creciendo a través del papel, evolucionando sin más reglas que su mismo ser.

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